Muchas veces me encuentro en sesión con personas que refieren dificultades para para ser comprendidos por el otro. En ocasiones refieren ser comprendidos por el otro pero que sus palabras hacen mucho daño o dan lugar a un conflicto posterior, por lo que tienen miedo de expresar ciertas necesidades. Cuando indagamos un poquito más, esto sucede principalmente al momento de tener que explicar algo que puede hacer daño a la persona con la que estoy hablando. Es entonces cuando nos metemos de lleno a trabajar en un terreno que me apasiona: la asertividad.
Si bien es cierto que habitualmente todos conocen el término, no suelen dar una respuesta concreta a la pregunta: ¿Qué es realmente la asertividad? No voy a dar la definición exacta porque es un término con muchas ramificaciones. Sin embargo, una persona con una alta asertividad es capaz sin ninguna dificultad de dar ese mensaje "que puede ser doloroso" o "que podría comprometer el vínculo" de una manera sencilla, eficaz, y empática.
En sesión trabajamos directamente con técnicas de asertividad para recuperar, fomentar o iniciar la capacidad de ser asertivo en el día a día. La consulta es un lugar maravilloso para poner en práctica estas técnicas y una vez afianzadas aplicarlas en el entorno. Eres tu propio investigador de la terapia: solamente tú podrás valorar si al aplicarlas te sientes mejor cuando dices algo que puede generar conflicto, si la reacción del otro es más serena, y sobre todo: si te sientes con más fuerza para dejar de callar y volver a expresar.